Allá en mi tierra natal no se habla mucho del Horóscopo, digamos que no es una tradición eso de estar husmeando en la vida de los planetas para ver si se alinean con fulano o mengano, ni conozco mucha gente que ande hablando de si este es el año de cerdo o de la rata, a la usanza de los chinos.
La gente de allá prefiere auto medicarse en materia de futuro, podría decirse que se fabrican su propio Horóscopo lo cual no deja de ser interesante, les gusta indagar con sus chamanes propios algunas posibles situaciones en sus vidas, sus amores y sus economías. Digamos que les va bien si algún adivino a fuerza de tirar caracoles, una que otra piedra y la sangre de un chivo, les dice que se ratifica como predicción mayor, aquella sentencia de que: YA VENDRÁN TIEMPOS MEJORES.
Después de lanzar el cubito de agua en los primeros instantes de enero y pedir en silencio muchas cosas buenas, algunos acuden a uno que otro espacio místico y solicitan una lista mucho más íntima y un poquito más larga de beneficios para ellos, sus familias y su país.
En la tarde del primero de enero, poco después de las siete de la noche, Librada del Suplicio salió despacio de su casa, es una mujer vieja y feliz, sobre todo desde que le trasplantaron un riñón (que en Cuba no le cuesta un centavo a nadie esa cirugía) y le dijo adiós a sus terribles males y sus hemodiálisis. La doña fue a su habitual encuentro con Cachita la Curandera, se le destapó el entusiasmo y le soltó su consulta.
Dicen que le pidió paz y progreso, que apartara del camino a los que querían hacerle daño a Cuba; que se acabara el Bloqueo – que más de una vez le complicó sus tratamientos renales – y en lo particular, que a Felipito ¨La Bocina¨, se le rompiera al menos tres días, el equipito de música que colocaba cada noche en el portal a todo volumen; que trajeran una pesa nueva para la Bodega en lugar de la usada por Remberto ¨Libra Coja¨; que se fuera la doble moneda y se desplomaran los precios de la carne de puerco en el timbiriche de la esquina.
De muchas maneras la gente pide esto o aquello, lo que hace falta es que también nos dispongamos dar y no solo pedir, porque el 2019 va a necesitar que todo el mundo aporte un poquito, desde el lugar de cada uno, haciendo lo que le toca y haciéndolo bien.
LA BICICLETA 